miércoles, 9 de diciembre de 2009

El Mejor Concierto De Mi Vida: Muse (1ª Parte)

Viernes 27 de Noviembre de 2009, es por la tarde, no consigo avistar claramente la hora, pero se que no llega a las nueve de la noche, intento ultimar los detalles de lo que en tres días he estado repasando a rotring, de los cuales, uno se me acaba reventando y dejando una pequeña pero notoria mancha en el edredón. No importa, no hay tiempo para banalidades, voy apurando las ultimas pinceladas (por no decir lapizadas) de la cartulina, mientras intento ser lo más breve y escueto posible frente al ordenador, casi monosilábico.

A diez minutos de las nueve, ya he acabado mi manualidad MUSE-tacular, la fotografío y la subo a ese rincón donde todo adolescente español suele recrearse, esa red social tan conocida. Nada más subirla y colocar ciertas etiquetas, empiezan a aparecer los primeros comentarios, parece que la cosa promete. Son las nueve de la noche, voy despidiendome de mis contactos y apago el ordenador. Cojo la ropa elegida con anterioridad para la próxima noche, para la gran noche. Me meto en la ducha mientras escucho el último directo grabado (el "H.A.A.R.P.") de los invitados de mañana, para ir calentando.

A las diez y media, acompañado de media "Frikipandi" (Don Osuna, Berto y Norrin), vamos (más bien, voy) a cenar algo al McDonald's de Plaza de Armas, en el cual estuve a punto de comprar un osito de peluche para lanzarlo mañana al escenario (pero mi conciencia me dijo que no lo hiciera, pues corría el riesgo de convertirme en un miembro de la groupie de MUSE). Inmediatamente después nos dirigimos hacia un lugar apartado del "Rio" para fumarnos una cachimba, la cual iba a hacerme falta para coger algo de sueño durante las seis largas horas de viaje que me esperaban en el bus; pero claro, algo había de ocurrir en la despedida: se olvidaron de traer el papel de aluminio para separar el tábaco del carbón. No importa, se ponía este sobre el tabaco y problema solventado; pero no, ahí no acababa la cosa, también se olvidaron de otro artefacto esencial, las pinzas; imaginad como tendría que ser tal escena: encender un carbón con ayuda de unas llaves, mientras este se cae ardiendo una y otra vez mientras esta gente se desesperaba y un servidor se descojonaba. Pero bueno, tras varios intentos frustrados, al final conseguimos colocar el carbón en su sitio y fumamos tranquilamente mientras conspirabamos sobre nuestras monotonas frikadas, a la vez que matabamos el tiempo lentamente y con cierto frío.

Se va acercando la hora, a las doce de la noche nos dirigimos a la estación Plaza de Armas, allí me encuentro con un grupo de cuatro chavales con el mismo destino y propósito que yo. A la una menos cuarto, me despido de mi séquito y me dirijo al andén 15 con este nuevo grupo. Ya situados, consigo visualizar a Adri, el chaval con el que ya quedé por Tuenti para este gran momento; intercambiamos un par de palabras, subimos al bus y nos situamos en nuestros asientos correspondientes. En un principio pensé que seríamos cuatro gatos los museros que viajaríamos en bus, craso error, podía haber como 15 museros más en ese bus, cada uno intercambiando opiniones respecto al último disco. Arranca el bus a la una de la madrugada y comienza el viaje hacia el paraiso invernal; y por cierto, apenas conseguí dormir esa noche, unicamente pude echar un par de cabezadas durante la segunda parte del trayecto.

A las siete de la mañana llegamos a la estación Sur de Madrid, para ser sinceros, no hacía tanto frío como me esperaba, pero, ¿para qué iba a quejarme? Me uno a Adri y a su compañero, Jose, y nos dirigimos al metro, no nos llevó más de un cuarto de hora llegar al Palacio de los Deportes; segúm me contaron, sobre esa misma hora (las siete y veinte aproximadamente), el día del concierto de Green Day, ya habían como unas 500 personas esperando en la plaza que daba al Palacio, "haciendo cola", esto produjo en mí una sensación de pánico y desasosiego, aunque me tranquilizó el hecho de saber que MUSE tampoco era "tan conocido". Pero, volviendo al tema en cuestión, al llegar al Palacio, pude ver y contar cinco filas bien ordenadas, en las que podía haber no más de 20 personas en cada una, también podían verse algunas tiendas de campaña de gente que había pasado la noche a la intemperie.

En fin, nos colocamos (Adri, Jose y un servidor) en la cola situada más a la izquierda de la entrada del Palacio de Deportes. Ya situados, nos dedicamos a matar el tiempo y aliviar el frío mediante comentarios humorísticos de toda índole. De paso, también intento divisar alguna cara conocida del Tuenti de Museabuse, aunque unicamente pude conversar con Alfonso (más adelante también pudé ver a Borja y a Vicky, una lástima no haber hablado con ellos). En torno a las nueve y media aproximadamente, y tras un breve desayuno, se une una pareja al grupo, Sergio y Elena. Tras un buen rato de risas y diferenciación de tonos de colores (como podría ser el "verde agua"), sobre las diez y media de la mañana, sin ningún motivo aparente, las primeras personas que habían en cola empezaron a correr desde la plaza directos hacia la entrada; todas aquellas ordenadas filas se amontonaron, dando lugar a una avalancha humana; no había tiempo para pensar, solo había una ópción: actura, correr. Conseguí adelantar varios puestos en lo referente a lo que antes podía considerarse cola, y lo que es mejor, el grupito con el que venía en un principio también estaba a mi lado, con lo que seguía con compañía. A partir de este momento perdí la noción del tiempo, así que me dediqué a observar el panorama, "pelarme" de frío, recibir y atender llamadas de felicitaciones por el movil (por si no lo he comentado anteriormente, SI, ese mismo día fue mi vigésimo primer cumpleaños) y conversar con todo aquel que tuviese cerca, lo que me sirvió para hacer amistades con un grupito de chicas (y desde aquí les mando un saludo a las hermanas de Vallecas: Agata y Marisa; y como no, a Ana, Priscila -que angustioso fue ese último cuarto de hora, sin poder sin poder, que tampoco debíamos, soltarnos las manos; aunque mereció la pena- y a Laura Turner, que a pesar de haber conversado poco, me alegró ver a otra futura jurista "musera").

Tal y como he dicho anteriormente, perdí la noción del tiempo, y pasamos todo el tiempo a unos tres metros escasos de las vallas metálicas que permitían el acceso al interior del Palacio. En ese tiempo, pudimos comer (en ese mismo espacio tan reducido que teníamos), llamar a mis queridos amigos en tierras sevillanas y poder enseñar al público la pancarta, que con la gran labor de Norrin y Pablo (Bueno) pudé llevar a cabo.

Siete y cuarto de la tarde, se acerca el momento, está anocheciendo, el público espera impacientemente la apertura de las puertas; y mientras, en un intento de tranquilizar al personal, unos corean canciones de series televisivas de nuestra adorada infancia (alguna de "Oliver y Benji" y "Bola de Dragón Z" también cayó), o coreos típicos de estas tierras; o bien, canciones de Muse (yo opté por esta última alternativa, coreando "Time Is Runnig Out", "Starlight" o "Invincible", lástima que esta última no la tocasen finalmente en Madrid), otros optaron por lanzar bolas de playa; y hubo algún que otro gracioso que se dedicó a lanzar botellas de agua abiertas. Como dato anecdótico, un individuo del Staff del Palacio colgó un papelito en un cristal, avisando de que este concierto sería grabado; tras leerlo o escucharlo, todos nos llevamos las manos a la cabeza ¿Harían un DVD del concierto?¿o harían un videoclip en directo? La verdad, es que, pensándolo en frío, yo optaría por esa segunda opción. Aunque diás más adelante, también se rumoreaba de un DVD de esta gira para Navidades, con trozos de todas las canciones tocadas en lugares distintos.

Es inevitable, ha llegado la hora, salen los guardas, nos empujan hacia atrás, comienzan los empujones, agarro mi entrada, se la entrego al miembro del Staff, me la corta; paso un penoso cacheo y consigo entrar en el Palacio. A partir de aquí, sigo las indicaciones que me dió Juanjo semanas antes: girar a la izquierda nada más entrar, e ir a paso rápido sin correr, pasada la zona de los "seguratas", bajamos las escaleras como si de una marabunta se tratase. Tras haber bajado escalones de tres en tres, e incluso haber saltado tramos de considerable número de escalones, piso tierra firme y voy corriendo hacia la próxima puerta, la que da paso a la pista; es mi momento: doy todo lo que puedo en ese último sprint, pudiendo colocarme a siete u ocho metros de la primera fila. Veo a un cámara sobre el escenario filmando al público; tardo poco en mostrar la pancarta, en un mínimo intento de que llegue a verse, ya sea en televisión o internet, nunca se sabe.

Me voy quitando la sudadera y me la ato con un doble nudo a la cintura; mientras los técnicos se dedican a probar el sonido, aprovecho para hacer unas cuantas fotos al escenario y al sorprendente equipo de audio.

Ocho y cuarto, se apagan las luces, y salen los teloneros, "Biffy Clyro". La verdad, fue una actuación muy buena, se les veía bastante enérgicos y rompedores; pese a su media hora de concierto, fue bastante intenso. Curiosamente, creo (y pude observar) que fuí de los poquísimos de mi zona que nos animamos y vibramos con cada canción. Abrieron con "That Golden Rule", primer single de su último disco, "Only Revolutions"; a la que le siguió uno de sus clásicos, "Living Is A Problem Because Everything Dies", demoledora e increíble, pero reservaba fuerzas para una canción en especial; ahora le tocaba a "Who's Got A Match?", con un estribillo muy pegadizo. Ahora sí, es el turno de mi favorita, "The Captain", que bajo mi criterio personal, es la mejor del último trabajo: unos estribillos y coros muy sonoros a la vez que emotivos, y con un final tan épico que consiguió erizarme el vello, gracias a sus trompetas. Continuamos con "Bubbles", "God & Satan" (canción bastante lenta para una actuación tan cañera, la hubiese cambiado por "57"), "Glitter & Trauma"; y finalizaron con broche de oro con "Mountains", preciosa.

Biffy Clyro se despide, vuelven a encenderse las luces y los técnicos se apresuran a limpiar el escenario; y al cambiar los instrumentos de los grupos, se puede ver además como prueban algunos bajos y guitarras de Muse, como el "Keytar" de Matt que usará en "Undisclosed Desires", o mi queridiíima Manson "Red Glitter", es preciosa, tal y como se ve en las fotos y videos. Parece que la fama de la puntualidad británica les precede, ya que escasos minutos antes de las nueve y media vuelven a apagarse. Llegó la hora.

5 comentarios:

  1. Me ENCANTA.
    En serio, me encanta, me emocione

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  2. Yunan...

    Genial...

    Simplemente genial =D

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  3. Joder, me has hecho recordarlo otra vez todo leyéndolo.... aghhhh, quiero volver!! xD

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  4. Laura Turner al aparato.
    Mención especial al tío que pudo contar los pelos de tu cabeza durante hora y media, llamado David. El pobre estaba angustiado con la idea de oprimirte demasiado. jajaja

    Un besote! :)

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  5. Te he dicho alguna vez que eres un crack? jejeje PUES LO ERES!! Que gran día...

    Fdo: La vallecana rubia :)

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